domingo, 8 de julio de 2012

Las sirenas de Dolina

Todas las noches a las dos, en una esquina de la calle Sanabria, lejos de los poderes del Ángel Gris, aparecen las Sirenas de Santa Rita. Se trata de criaturas de perversa belleza, mitad princesas y mitad milongueras. Atraen a los caminantes desprevenidos con indecentes pasos de danza y con un canto provocativo que dice así:
Aquí bailan las Sirenas,
Sirenas de Santa Rita.
Lo que te dan con el cuerpo
con el alma te lo quitan.
Nuestros amores eternos
son como estrellas fugaces.
Somos fieles y constantes
con el primero que pase.
Sirenas, Sirenas…
que se miran y se tocan.
Le regalamos la muerte
al que nos bese en la boca.
Tal como anuncia la copla, el beso de las Sirenas es fatal. Pero es imposible resistir la tentación. Algunos camioneros audaces se atan con cadenas al volante de sus vehículos y pasan por la calle Sanabria para poder ver y escuchar este prodigio. Por eso es que hay en esta zona muchísimos accidentes de tránsito.

Alejandro Dolina

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