sábado, 26 de enero de 2008

Barcelona, Passeig de Gracia




Amo a esta ciudad. La amo nostálgicamente. Quizás porque la conocí de grande o por la intensidad con que la recorri estos años o porque, dentro de poco, la tendré que abandonar (jamás como se abandonan los zapatos viejos Sabina dixit).

Agradezco disfrutar de cualquier viernes como este, ya de noche, caminando, tomando un café, visitando una librería, siempre con la máquina de fotos a mano, siempre regalándome un toque de magia y de poesía que reconforta el espíritu.

viernes, 4 de enero de 2008

maestros II

traducir
una parte de mí es todo mundo
otra parte ningún fondo sin fondo
una parte de mí es multitud
otra parte extrañeza y soledad
una parte de mí besa y pondera
otra parte delira
una parte de mí es hermosa y santa
otra parte se espanta
una parte de mí es permanente
otra parte aparece de repente
una parte de mí es subrepticia
otra parte lenguaje
traducir una parte en otra parte
es una cuestión de vida y muerte
... ¿será arte? ...

raimundo fagner

Había perdido esta canción hace mucho tiempo y hoy la volví a encontrar en la red, la traduzco de mala manera del portugues

miércoles, 2 de enero de 2008


Llamaron a embarcar el vuelo Marrakech-Barcelona y, entre el bochinche de la gente agrupándose frente a la puerta, te ví.
Los ojos grandes, enormes. ¿Tendrás dos años? Tus dos hermanos más pequeños lloraban, una en brazos de tu madre y otro aferrándose a su chilaba. Tu padre intentaba apurar el trámite, se lo veía seguro frente a todos ustedes que parecían querer estar muy lejos de ahí. ¿Dónde te hubiera gustado estar, pequeño? ¿En tu pueblo marroquí, lleno de tíos, abuelos, primos? ¿En tu pueblo marroquí, con sus olores, colores y voces conocidas? Yo adiviné que sí. Que te asustaba este lugar tan grande. Y hasta esta extranjera que te miró y te dijo guapo, guapo.
Pensé que te estaban cortando las raíces. Y mi deseo para el 2008 es que te puedan crecer alas.

Te vi en la salida del aeropuerto, ya en Barcelona, tu hermana dormida atada a la espalda de tu madre, tu hermano también dormido. Y vos de la mano de tu padre, los ojos grandes, enormes. Volví a desear que te puedan crecer alas.