“como la generación de las hojas, así es la de los hombres: agita el viento las hojas por los suelos y el bosque, reverdeciendo, produce otras al llegar la primavera, de igual forma una generación humana nace y otra perece” -recordé estos
versos de la Ilíada al encontrar, en los límites del pueblo, un pequeño bosque, milagrosamente no urbanizado, pensando que el mismo recorrido que hacía yo lo habrían hecho, hace dos mil años, los romanos camino hacia unos baños públicos que funcionaban muy cerca
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