lunes, 19 de noviembre de 2007

Memorias de Adriano





Mínima alma mía, tierna y flotante, hésped y compañera de mi cuerpo, descenderás a esos parajes pálidos, rígidos y desnudos, donde habrás de renunciar a los juegos de antaño. Todavía un instante miremos juntos las riberas familiares, los objetos que sin duda no volveremos a ver ... Tratemos de entrar en la muerte con los ojos abiertos ...




Margueritte Yourcenar